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martes, 12 de abril de 2011

Orígenes de la Semana Santa de Úbeda

La Semana Santa es una de las celebraciones más señaladas de Úbeda. La ciudad del Renacimiento vive, durante esta jornada, en estado de excitación permanente. Todos los días salen a la calle impresionantes cortejos procesionales, con multitud de penitentes de impecable vestimenta, que custodian imágenes de gran belleza artística entre sonidos de tambores y trompetas.

Los penitentes de la cofradía de Jesús Nazareno portan tulipas para iluminar la procesión general que se celebra en Úbeda la noche del Viernes Santo


El esplendor escénico de la Semana Santa actual de Úbeda poco tiene que ver con sus inicios, allá por el siglo XIII, cuando la ciudad es conquistada por los Reyes Católicos. Entonces, y según la investigación realizada por el historiador Jesús López Román, existía una única procesión que, con notables cambios, ha subsistido hasta la actualidad: la de Jesús Nazareno ¿No parece un prodigio? ¡Desde hace ocho siglos!

Imagen de la Verónica portando la tela con el rostro de Jesús, en la plaza Vázquez de Molina a principios del siglo XX


Esta hermandad, hoy conocida como Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Stma. Virgen de los Dolores, San Juan y la Verónica, es la más antigua de Úbeda. Según nuestro historiador, es implantada en la ciudad por la Orden de los Templarios, como una congregación disciplinante que obliga a fustigar el cuerpo de los penitentes para redimir sus culpas y los pecados de la humanidad. En aquel entonces, la congregación es conocida con el nombre de la Vera Cruz, porque rinde culto a la Cruz Verdadera. Un trocito de esta última es guardada con celo en la ermita del mismo nombre, situada en lo que hoy es el barrio de San Pedro y que no existe en la actualidad. Desde allí parte, en la noche del Jueves Santo, la estrambótica comitiva, presidida por la Cruz, junto con relicarios, símbolos de la pasión, banderas y estandartes. Todo el pueblo les acompaña: clérigos, mujeres e incluso niños, que portan velones y antorchas para alumbrar a los flagelantes y penitentes que prolongarán su tormento hasta la madrugada del Viernes Santo.

La reliquia del verdadero rostro de cristo luce en el centro del Sagrado Corazón, emblema de la cofradía. En él tambien se hallan los símbolos de la cruz, la lanza, un mazo, el látigo, un ancla de navío, la caña con la esponja y la escalera, junto con la corona de espinas y los clavos.


La actual cofradía de Jesús Nazareno, que inicia su recorrido por las calles de Úbeda con el primer rayo de sol del Viernes Santo, conserva, de forma asombrosa, varios vestigios de este extraordinario pasado medieval. En su desfile procesional, aún se exhiben símbolos de la pasión y reliquias muy veneradas en la Edad Media, como es el monograma de Jesús, el rostro de Cristo sobre el paño, que ahora porta la verónica, o el Sagrado Corazón de Jesús.


¿Quieres conocerla de primera mano?

ArtificiS: 953 75 81 50



martes, 15 de febrero de 2011

Apuntes sobre los judíos en Úbeda

Casas judías en el casco antiguo de Úbeda

El descubrimiento de la Sinagoga del Agua arroja nuevas luces sobre la historia de los judíos en Úbeda. La judería de la ciudad estaba situada en las proximidades de la colegiata de Santa María, junto a la antigua muralla, donde se abría una puerta que daba acceso al barrio sefardita. Sin embargo, la Sinagoga del Agua demuestra que la antigua comunidad hebrea excedía estos límites, y que es mucho mayor y más importante que lo imaginado.

La ciudad de Úbeda y su recinto amurallado en la antigüedad

En principio, la judería de Úbeda es un barrio seguro, protegido por los gobernantes de turno de la ciudad que obtienen múltiples servicios de quienes lo habitan. Aunque, la mayor parte de los judíos de Úbeda son agricultores. Sin embargo, esta situación cambia en el siglo XIII, tras la conquista castellana. El número de judíos aumenta en la ciudad, y se ven sometidos a leyes discriminatorias que les prohíben, por ejemplo, tener esclavos cristianos, o tener la tierra en propiedad. Se ven obligados, así, a buscarse la vida en actividades como el comercio, la artesanía, la recaudación de rentas o los préstamos. No obstante, la convivencia transcurre sin graves incidentes durante un tiempo, como lo demuestran los fueros de Baeza, Úbeda, e Iznatoraf. Pero, la chispa de la intolerancia termina por estallar y, en el año 1391, comienza la diáspora de los sefarditas de Úbeda, perseguidos por la ola antisemita que recorrió todo el país en el siglo XIV. A partir de entonces la vida de un judío en Úbeda no será nada fácil.

Casa judía en el casco antiguo de Úbeda

Ejemplo de ello es lo sucedido a Fernando de Santisteban, judío y mercader de Úbeda. Según documentos del Archivo Histórico de la ciudad, es condenado por el Santo Oficio en el año 1482 a cárcel y confiscación de bienes, por hereje. Los judíos que gozan de cierta holgura económica, como es el caso de Fernando de Santisteban, son el blanco perfecto para las diabólicas maquinaciones de la entonces todopoderosa Inquisición.


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